Hay un refrán o frase adjudicada a la sabiduría popular que le viene al pelo al tema de los alimentos procesados: “Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos”. No es que vayamos a decir ahora que este tipo de productos son saludables en su totalidad, pero tampoco podemos afirmar con rotundidad que todos ellos son perjudiciales para la salud.